Las leyendas són un elemento importante en la historia de una ciudad. Muchas veces cuentan verdades transformadas en el tiempo o explican el por qué de cosas a las que no tenemos explicación. Queramos creerlas o no, siempre nos hacen soñar, imaginar, dudar, pensar... aquí tenéis algunas de las que se cuentan sobre Barcelona.
"Como guía es un elemento que me encanta incluir en las rutas ya que hacen más interesante la verdadera historia. Es un canal que se abre en la visita para que cada uno le de vida a
las piedras que le rodean y le haga sacar sus propias conclusiones."
Eulalia era una niña de 13 años de fe cristiana que vivía en la Villa de Sarrià allá por el 304 dC y se dedicaba a cuidar ocas. Dicen que era muy valiente y que tenía un don de palabra muy desarrollado para su edad (precisamente la etimología de su nombre significa bien-hablada).
Daciano, el emperador que gobernaba Barcino (la Barcelona romana) en ese momento, decidió prohibir la religión cristiana en vista de que sus fieles iban en aumento y temían por el culto imperial. Eulalia, viendo lo que estaba sucediendo...
Cuenta la leyenda que las brujas y brujos de la antigua ciudad de Barcelona se concentraban cada año en la Plaça Garriga i Bachs, frente la entrada al claustro de la Catedral, a esperar la procesión del Corpus Christi, que pasaba por el carrer del Bisbe. Cuando la procesión llegaba a la altura de la plaza, ellos escupían e insultaban a las santas imágenes hasta que un día, recibieron un castigo divino: fueron convertidas en gárgolas y colgadas en el muro que da a esa misma plaza, condenadas a escupir el agua de la lluvia por toda la eternidad, así ese agua limpiaría sus bocas de malas palabras y nunca más volverían a ofender a Dios. Si os fijáis bien, las gárgolas de esa parte de la Catedral, son las más extrañas y monstruosas...